¿Es el pan tostado "el rey" de las dietas hipocalóricas?





El pan es un alimento sano que puede estar en nuestra mesa a diario, aunque haya muchas variedades debemos decidir cuál es la que más nos conviene para nuestra salud.

Normalmente, cuando se empieza una dieta, se recomienda el consumo de biscotes (pan tostado, tostadas…) en lugar de pan fresco pero ¿es adecuado?

Este hábito se debe a los efectos producidos en el organismo y la saciedad, pero no al aporte calórico. El biscote, es una rebanada de pan sometida a un tratamiento de calor, desecada, por lo que la diferencia básica es la concentración de agua, pero el valor nutricional y las calorías no varían.

Los motivos por los que se aconseja el pan tostado se debe a su textura crocante (cruijiente) y su consistencia. Exige mayor masticación al ingerirla y esto se traduce en una sensación de saciedad mayor. También permite detener su ingesta con mayor facilidad que cuando comemos pan fresco.


Por otra parte, el pan fresco suele ser un alimento apreciado e indispensable para muchos consumidores. Es una práctica completamente saludable siempre que el individuo sea consciente de las cantidades ingeridas, y éstas sean adecuadas.

Es necesario destacar que cada persona es diferente y debe seguir su propio plan de alimentación para perder peso, en función de sus gustos y necesidades.

En resumen, el pan tostado está frecuentemente asociado a dietas hipocalóricas, pero éste no engorda menos que el pan fresco, pero si produce un mayor efecto saciante. Si sólo deseamos mantener una dieta sana, cualquiera de las dos versiones de pan pueden escogerse sin temor.


A continuación muestro una tabla en la que comparo el valor nutricional del pan fresco y de biscotes de pan (comprados ya tostados). Los valores por 100 g son similares, pero al establecer el peso de la ración se pueden apreciar diferencias considerables, ya que la ración de pan tostado es menor (20g frente a los 30g del pan fresco):

 

No hay comentarios:

Tú opinión es importante, déjame un comentario