El pan es un alimento sano que puede estar en nuestra
mesa a diario, aunque haya muchas variedades debemos decidir cuál es la que más
nos conviene para nuestra salud.
Normalmente, cuando se empieza una dieta, se recomienda
el consumo de biscotes (pan tostado, tostadas…) en lugar de pan fresco pero ¿es
adecuado?
Este hábito se debe a los efectos producidos en el
organismo y la saciedad, pero no al aporte calórico. El biscote, es una
rebanada de pan sometida a un tratamiento de calor, desecada, por lo que la
diferencia básica es la concentración de agua, pero el valor nutricional y las
calorías no varían.
Los motivos por los que se aconseja el pan tostado se
debe a su textura crocante (cruijiente) y su consistencia. Exige mayor
masticación al ingerirla y esto se traduce en una sensación de saciedad mayor. También permite
detener su ingesta con mayor facilidad que cuando comemos pan fresco.